Eso es lo que parece cuando uno ve los videos de Cyriak, un animador británico, digno heredero de Rybczynski.

Con el polaco, se hablaba de la cuarta dimensión, y recuerdo estar obsesionado con la idea después de ver su obra maestra, Tango, que ahora parece tremendamente chapucera, pero que supuso el descubrimiento del potencial de los efectos de video.

Llegaron los ordenadores (y la MTV, cuando la M significaba Música, y no Mierda, como ahora), y aparecieron maravillas como las obras de Chris Cunningham o Michel Gondry, que trataban, sobre todo este último, de aportar nuevas dimensiones, literalmente, al arte del video:

Así, podemos ver a Rybczynski como hijo de la relatividad (cuatro dimensiones), a Gondry y similares, herederos de la física cuántica (universos paralelos)… Y Cyriak… bueno, para él las cuatro dimensiones se quedan cortas y multiplica sus efectos hasta el infinito, al igual que las mutaciones que padecen sus personajes. Uno se pregunta qué narices desayuna este hombre para conseguir entrar en las dimensiones enrrolladas de la teoría de cuerdas…

Cycles se parece bastante a la obra mencionada de Rybczynski y Gondry. Unos cuantos ositos de peluche bastante gamberros toman el puerto de Worthing:

En cows, cows & cows, unas tranquilas vacas se sumergen de lleno en un aquelarre de mutaciones y desplazamientos imposibles… Parece ser que a los niños les encanta:

Welcome to Kitty City, algo parecido a un video sobre seguridad vial en un universo pluridimensional habitado por gatitos capaces de plurimutar. Repito ¿Qué narices toma este hombre para desayunar?:

Y, por último, Something, para el cual no hay palabras (aviso: puede resultar un poco desagradable):

La música de estos videos también es creación suya; una música mezcla entre fractal y techno pachanguero, que realza la sensación de irrealidad de sus inquietantes creaciones. Nada más. Dulces sueños y cuidado con las “otras dimensiones”…