Revisitando esta película, buscando información sobre ella, me encuentro con una primera sorpresa, y es el año de realización: 2001.

Bien…, juraría que tengo recuerdos de esta película en mi adolescencia: bastante antes de los atentados de NY, antes de mis estudios en Cuenca, antes, incluso, de mis otros estudios en Murcia, lo que nos remonta a los 90. Lo más lógico es que, al estar ambientada en 1988, esa fecha se quedara grabada en mi mente y me hiciera pensar a posteriori que ya había visto la película hace 20 años. De todos modos, es curioso… Juro que ningún conejo de 1’90 m me visita por las noches.

Otra sorpresa: el comienzo. Los 15 primeros minutos son extraños sobre todo por dos motivos: INXS y el conejo. En la vida se me hubiera ocurrido comenzar una película con un chico tirado en la carretera seguido por “Never Tear Us Apart”. Después de reflexionar, este es precisamente el misterioso encanto de Donnie Darko. Algunas escenas son verdaderos videoclips insertados en la trama (como el “Head over Heels” de Tears for Fears), con ese toque de principios de los noventa, ralentizando y acelerando la imagen.

Y, por supuesto, Frank. Una de las imágenes más potentes del cine fantástico de las últimas décadas.

Es una pena que la película se desinfle un poco según va transcurriendo el argumento; no tengo muy claro por qué ocurre, pero es así. No será por la interpretación de Jake Gyllenhaal, que es magnífica. Quizás el guión flojea un poco a mitad de la película, algunas escenas en el instituto quizás sean innecesarias (la de la explicación de las gafas para bebés del proyecto científico, por ejemplo).

Otra de las cosas que no recordaba con claridad era el papel de Patrick Swayze, ni los videos de promoción de su libro de autoayuda. La escena de la charla en el colegio es fantástica (“creo… creo que es usted el jodido anticristo”). Y, ese precisamente es otro de los méritos de esta película: está llena de momentos extraños, esquizofrénicos y geniales. Desde todas las apariciones de Frank hasta el “They made me do it” (Me obligaron a hacerlo) grafiteado en el suelo a los pies de una estatua-caricatura de un perro cabreado, pasando por una sesión de hipnosis que casi acaba en masturbación… Era lógico que se convirtiera en película de culto.

Una última reflexión: Mulholland Drive. Mismo año y hay escenas en Donnie Darko que me recuerdan enormemente a la obra maestra de Lynch.

En definitiva, ha sido un placer volver a verla casi 30 años desp… uy, casi meto la pata otra vez. ¡No! No he comprado ningún hacha para inundar el instituto, Luziano, pesao…  (Es Luziano, mi osito de peluche, que está empeñado en que estamos en el 2011 y Cospedal no ha ganado las elecciones…)

Y, a continuación, un resumen en un minuto de la película interpretado por Tim Minchin: