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Zaireeka (1)

zaireeka
Editado en 1997, este disco es, probablemente, una de las mayores bizarradas de la historia de la música popular y la industria discográfica.
Consiste en un set de 4 CD’s, todos conteniendo las mismas 8 canciones, pero cada uno con ciertas pistas del tema, de tal manera que, para escuchar cada canción en todo su esplendor, es necesario reproducir los cuatro CD’s a la vez…

Claro, necesitas cuatro reproductores… y, al menos, dos personas para poder presionar el play a la vez en los cuatro reproductores. También pueden escucharse individualmente, o elegir 2 o 3 CD’s y realizar uno su propia mezcla. Es muy importante el factor humano, pues una sincronización incorrecta hace que haya pequeñas diferencias y efectos de reverberación y eco. Se podría decir que es imposible escuchar exactamente la misma versión de los temas en cada reproducción, pues no sólo influye el factor humano, sino el tipo de reproductores utilizados. La única manera de escuchar una mezcla perfecta sería hacerla uno mismo con un editor de sonido en el ordenador. Existen por la red algunas versiones mezcladas de este modo. Además, en posteriores Cd Singles incluyeron versiones en estéreo de algunos de los temas.

Las rarezas no acaban aquí. En la portada podemos ver un aviso acerca del posible peligro para el oyente por la utilización de frecuencias extremadamente bajas y altas que pueden provocar confusión; frecuencias utilizadas en el tema “How Will We Know? (Futuristic Crashendos)”.
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El nombre del disco, zaireeka, procede de la fusión de dos palabras: Zaire y Eureka. Zaire representa la anarquía y el caos, refiriéndose a los acontecimientos de 1997, el año de creación del disco, en la Primera Guerra del Congo. Eureka, por supuesto, hace referencia al momento de lucidez en el que aparece la solución a un problema largamente meditado. Así, la mezcla, zaireeka, representa, en palabras de Wayne Coyne, “la anarquía utilizando la inspiración para guiarla”.

Después de “Clouds Taste Metallic” el grupo sufrió una baja que parecía insustituible, la del guitarrista Ronald Jones. Pronto descubrieron que el polifacético Steven Drozd podía suplir a la perfección esa baja, pero, entre tanto, decidieron reinventarse en directo y surgieron los “Parking Lot Experiments”, en los que el grupo convocaba a los espectadores en aparcamientos para utilizar los equipos de sonido de sus coches como partes integrantes del concierto. Entregaban a cada participante una cinta de cassette previamente grabada con sonidos y ellos mismos indicaban al público cuándo debían intervenir en el espectáculo. Estos conciertos fueron la chispa de inspiración para la idea de zaireeka. El planteamiento inicial eran 10 CD’s, pero pronto desistieron y lo dejaron en 4 CD’s por múltiples razones, entre otras porque no fue sencillo convencer a Warner de publicar una idea tan extravagante, sobre todo después del poco éxito de su anterior lanzamiento. Además, se enfrentaron a numerosas dificultades técnicas y compositivas.

Parking Lot Experiment, 1996:

Ya publicado el disco, realizaron otro tipo de actuaciones para promocionarlo, los “Boom Box Experiments”, en los que entregaban a los participantes un reproductor de cassette y, como en los anteriores conciertos, los miembros del grupo indicaban a los espectadores-intérpretes cuándo y cómo debían intervenir.

Boom Box Experiment:

Clouds Taste Metallic

clouds

Después del éxito de Transmissions… el siguiente disco del grupo de Oklahoma era bastante esperado. Éste llegó en 1995: Clouds Taste Metallic, y, para disgusto de muchos y regocijo de unos cuantos, no llegaron con otro She Don’t Use Jelly bajo el brazo. Sólo hace falta echarle un vistazo a los nombres de las canciones para darse cuenta de que no cedieron ni un ápice en su proceso de búsqueda y experimentación: Psychiatric exploration of the fetus with needles (Exploración psiquiátrica con agujas del feto), Guy who got a headache and accidentally saves the world (Chico que tenía dolor de cabeza y accidentalmente salva el mundo), They punctured my yolk (Pincharon la yema de mi huevo).

Hay que hacer notar que en 1994, debido a la gira de promoción del anterior disco, editaron un EP con un muy sugestivo nombre: Due to High Expectations… The Flaming Lips Are Providing Needles For Your Balloons (Debido a las enormes expectativas… The Flaming Lips están suministrando agujas para vuestros globos). El EP contenía versiones del Transmissions… y una canción que luego aparecería en éste disco de 1995, Bad Days.

Puede parecer, y en parte lo es, un disco extremadamente ingenuo, hecho por adolescentes. Claro que éstos ya tenían poco de adolescentes en 1995, pero resurgió con este disco ese candor, y es lo que lo hace muy especial, sobre todo teniendo en cuenta su reciente éxito. A pesar de todo, tras varias escuchas, como suele pasar con cualquier disco de The Flaming Lips, surge algo que hace que todo tenga sentido. No podría destacar ninguna canción en concreto; únicamente, pero es algo muy personal, Evil will prevail, que considero uno de sus mejores temas, en cuanto a letra y música.

Las letras del disco ya son muy parecidas a lo que serán las canciones de discos como Soft Bulletin o Yoshimi, con un interés especial por conceptos como la ciencia, historias en las que hablan del espacio (algo así como un toque de ciencia ficción, que en otros discos aderezarán con un mensaje muy positivo), no sólo del espacio exterior, sino del interior, del cerebro, y, bastante a menudo, referencias muy infantiles (como en Christmas at the zoo o This Here Giraffe, que editarían como single del álbum).

Escuchar este disco es como meterse en otro mundo, lleno de fantasías y colores, repleto de sonidos, guitarras amables e hirientes a la vez, baterías poderosas, voces estratosféricas junto a gruñidos infrahumanos,… Algún crítico llega a decir que no es música para escuchar con ácido, sino que es ácido en sí mismo. Y estoy completamente de acuerdo. De nuevo, su máxima desde un principio, “provocar disturbios en nuestras mentes, no en las calles”, está aquí presente. Consiguen crear un paisaje sonoro para sus delirios, que puede resultar ingenuo, pero que me extraña que deje indiferente a nadie. Obras como Clouds Taste Metallic marcan una diferencia tan grande con el resto de música popular que casi hace daño al oido. En Fearless Freaks, un documental sobre el grupo, recuerdo oír a la actriz Juliette Lewis decir, después de uno de sus conciertos repletos de confetti y globos, que The Flaming Lips “son una religión”. Bien, pues este disco es parte fundamental de su evangelio.

Evil Will Prevail:


They Punctured My Yolk:


Guy Who Got a Headache and Accidentally Saves the World:

Transmissions From The Satellite Heart

transmissions
Con este disco de 1993, de magnífica portada, por cierto, Warner Records rentabilizó este extraño fichaje, porque consiguieron meter una de sus canciones, “She Don’t Use Jelly“, en las listas de éxitos estadounidenses y hacerse un pequeño hueco dentro del espectro de la música “independiente”. Incluso hicieron una aparición interpretando esa canción en una serie muy famosa… Beverly Hills 90210 (“Sensación de vivir”) (¡¿!?) Lástima que el video ya no esté disponible en YouTube (derechos de autor y esas cosas).

Este es un disco con momentos realmente brillantes, donde sigue la experimentación pero con una calidad realmente notable, como en la famosa “She Don’t Use Jelly“, que supongo que debe parte de su éxito, además de a una melodía bastante pegadiza y un riff contagioso, a una letra surrealista que puede llevar a pensar que están intentando transmitir un mensaje algo picantón: “Conozco a una chica que piensa en fantasmas. Te hará el desayuno, te hará tostadas. No usa mantequilla, no usa queso, no usa mermelada o cosas de esas. Ella usa vaselina. Vaselina.”

La perla del álbum, en mi opinión, es “Moth in the Incubator” (donde, por cierto, aparece la palabra “embryonic”), una canción llena de matices sonoros, punteos de guitarra, batería espectacular, en la que la voz de Wayne encaja a la perfección, y con una coda final que pone los pelos de punta. Es verdaderamente impresionante y una de esas canciones que yo valoraría como uno de los momentos más inspirados de toda su discografía. Aún más si tenemos en cuenta lo que viene después, “*******“, que en realidad es una versión de Plastic Jesus, una canción folk de los 50, bastante sarcástica, sobre supercherías religiosas: “No me importa si hace frío o llueve, mientras lleve a mi Jesús de plástico montado en el salpicadero del coche…”.

Y otra pequeña joya es “Be my head“, con esa letra encantadora: “Puedes ser mi cabeza, porque he destrozado ésta, ahora hay agujeros donde solía estar”, y un estribillo pop que no puede uno sacarse del cerebro después de escucharlo: “…Sé mi cabeza y yo seré la tuya”.

Turn It On“, la primera canción, también logró algo de notoriedad, bien merecida, y es una buena muestra de lo accesible que puede ser este disco a un público no acostumbrado a este tipo de música, a pesar de los ruidos, la experimentación, las guitarras chillonas y la peculiar voz de Wayne Coyne. Así, no se puede hablar de un disco Pop, aunque llegaran a las listas de éxitos, pero empieza a verse un potencial enorme para crear melodías de ese estilo (sin perder de vista su afán experimentador). Y es que una de las mejores cosas que pudo ocurrirle a este grupo fue la incorporación, que se produce en este año, de Steven Drozd, que forma parte de la plantilla desde entonces y que se convirtió en imprescindible para el sonido del grupo como compositor. También se incorpora el guitarrista Ronald Jones.

She Don’t Use Jelly:


Moth In The Incubator:


Be My Head:


Y una versión de “Be My Head” de Ema and the ghosts, para demostrar que es una canción con mucho potencial…

Hit To Death In The Future Head

Hoy sale a la venta el nuevo disco de The Flaming Lips, Embryonic. Ya puede escucharse en varias páginas, pero no voy a comentarlo hasta que no me llegue la edición deluxe (forradita en pelo…) que pedí hace ya casi un mes, cuando pueda escucharlo como se merece. Mientras tanto, sigo con la serie de entradas dedicada a los discos anteriores del grupo mientras me recupero del gripazo del siglo, que no sé si será “A”, pero que me está jodiendo vivo…

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hit

Editado en 1992, Hit To Death In The Future Head es el primer disco que grabaron en Warner Records, compañía en la que han editado todas sus obras desde entonces y que, afortunadamente, les ha dejado hacer y deshacer a su antojo, como se verá en los próximos años con propuestas que son difíciles de digerir para una gran compañía como esta.
Dave Fridmann vuelve a hacerse cargo de parte de la producción, depurando cada vez más el sonido caótico pleno de efectos del grupo.

Quizás sea uno de los discos menos valorados del grupo, sobre todo después del éxito que tendría el siguiente álbum y que sería el que los lanzara a la fama, al menos en Estados Unidos. No obstante, no hay que olvidar que este disco dio nombre a otra banda post-punk británica, The Futureheads.

No es esta la única anécdota de este álbum. Es el primero del grupo en llevar la etiqueta “Parental advisory, Explicit Lyrics”, no sé si por la presencia de algún “fuck” que otro, o por las referencias religiosas (ubicuas en este grupo). Por otro lado, en los créditos de You have to be joking (Authopsy of the devil’s brain) tuvieron que añadir a Michael Kamen como co-autor por su uso de un sampler de la banda sonora (maravillosa, por cierto) de Brazil, la película de Terry Gilliam.
Además, como era usual por esa época, no podía faltar un tema oculto en el cd, en este caso un loop de ruido de casi 30 minutos (3 ruidos en concreto, similares al final de The Magician Vs. the Headache, repitiéndose hasta la saciedad).

El disco comienza de manera potente con lo que fue el primer single, Talkin’ ’bout the Smiling Deathporn Immortality Blues (Everyone Wants To Live Forever), una canción muy pegadiza pero que tiene un elemento muy extraño: una desconcertante voz gutural haciendo los coros. El disco va evolucionando entre elementos neopsicodélicos, con toques beatles, utilización (bastante inteligente) de samplers, y, por supuesto, guitarras ruidosas. Canciones como The sun (se hace raro ver un título tan conciso y breve entre otros tan “barrocos” e imaginativos) o Hold Your Head podrían encajar perfectamente en un disco de la época del brit pop en su vertiente psicodélica, tipo Kula Shaker.

Para mí destaca la antes mencionada You have to be joking (Authopsy of the Devil’s Brain), una preciosa canción sobre la religión y los males que azotan al mundo: “Stood here in the morning/Got no science to explain/Seems to me that God and the devil/Are both the same” (Estaba aquí por la mañana/No tengo ninguna ciencia que pueda explicarlo/Me da la sensación de que Dios y el diablo/son la misma cosa).

Respecto a la portada, creo que se comenta sola. No me parece que quiera significar nada en concreto, simplemente una bizarrada, un aviso de que lo que vas a encontrar dentro va a resultarte, como poco, extraño.

In a Priest Driven Ambulance (With Silver Sunshine Stares)

in a priest

The Flaming Lips comienzan la década de los noventa con su último dísco para Restless Records, In a Priest Driven Ambulance (With Silver Sunshine Stares), que viene a significar algo así como “En una ambulancia conducida por un sacerdote (con miradas de sol plateadas)”. Para críticos y fans, este disco es la culminación antes de fichar para la Warner. Se reeditó en 1995 con un par de canciones extras y más tarde, en el 2002, como cd doble en “The day they shot a hole in the Jesus egg“. También es el primer disco en el que contaron con Dave Fridmann como co-productor.

Son diez canciones, con efectos de sonido y samplers como su anterior Telepathic Surgery, (pero más inteligentemente utilizados), más guitarrero y más maduro, tanto en música como en letras. Contiene una versión de “What a Wonderful World“, de la que Wayne Coyne dice:

“Nos habíamos autoconvencido de que estábamos haciéndola de un modo sarcástico -queriendo decir “es un mundo de mierda y malvado”… Pero, afortunadamente, la canción tiene tal poder y calidad que nuestro optimismo y entusiasmo brilla a pesar de nuestras intenciones”

Después de volver a escucharla no estoy yo tan de acuerdo con eso, porque sí que suena extraña, como degradada, pero funciona bastante bien como colofón del disco.

Es curiosa la anécdota que cuenta el líder del grupo en “The day they shot a hole in the Jesus egg“:

“Mi vecino es muchas cosas. Pero hay una que de seguro no es: un experto en música. Sabe que estoy en un grupo y esa es la única razón por la que tiene algunos de nuestros discos (…). Un día (…)vino para pedirme un taladro o algo parecido. Estaríamos conversando sobre el plató para “Christmas on Mars” que estaba construyendo cuando, sorprendentemente, dijo: “Me gusta ese disco religioso que hicisteis”… “Oh”, dije yo. Yo no quiero engañar a nadie. “No es un disco religioso, sólo usamos el nombre ‘Jesus’ en nuestras canciones”…”

Y es que, sólo viendo el nombre de las canciones (3 de ellas llevan el subtítulo: “Canción de Jesús número x”), y el título del disco, es normal que parezca un álbum de rock cristiano. Pero nada tiene que ver con eso. Si utilizan la religión es más bien para cuestionarla, no sin fascinación.

El sonido del disco, quizás por contar con Dave Fridmann, es mucho más limpio que en los anteriores y todas las canciones son excelentes. Destacaría “Shine on Sweet Jesus” (ejemplo perfecto del estilo vocal lleno de gallos de Wayne Coyne), “Unconsciously Screamin’” y, personalmente, creo que las dos canciones de la mitad del disco, estrechamente unidas en cuanto a melodía e instrumentación, son un complemento muy inteligente que refuerza la estructura del disco. Son “Five Stop Mother Superior Rain” y “Stand In Line“. La primera de ellas con una letra estupenda, generacional: “Nací el día que dispararon a JFK/Tu manera de mirarme me aspira en la acera/ Que alguien le diga a esta máquina que no soy una máquina(…)Nací el día que dispararon al cerebro de John Lennon/Y todas mis sonrisas penetran en el camino de la generación del odio/Dile que voy a irme, a disparar a alguien en la boca/lo primero que haré mañana”.
Y es que hay algo (bastante) de generación X en este disco, como en “God Walk Among Us Now” (Dios camina entre nosotros ahora): “Solía estar bien/pero las cosas se pusieron extrañas (…) ¿Qué tal sienta cuando estás cayendo/Hundiéndote desde lo más profundo/No es fácil sujetarse/cuando todo se está cayendo”.

Este disco es otro paso más en la curiosa carrera del grupo de Oklahoma. Es uno de sus mejores discos y es una pena que no se le preste tanta atención como a los que crearon a finales de los 90.

Como última curiosidad, la canción “Take Meta Mars” está inspirada en otra del grupo Can, “Mushroom“.

Unconsciously Screamin’

Shine on Sweet Jesus

I can be a frog

Primer video adelanto de Embryonic, I can be a frog:

La chica que hace los ruiditos (que no es la del bikini del video) es Karen O., cantante de los Yeah Yeah Yeahs.
Ingenuo, extraño, infantil… Esto promete…